Por Fredy Eligio Pérez Espinosa
Si usted quiere saber el grado de desarrollo de un pueblo, observe estos indicadores: a) El tránsito vehicular y peatonal y b) El manejo de los residuos sólidos, líquidos o gaseosos.
Los países que han alcanzado estándares elevados de desarrollo social y económico presentan un tránsito vehicular y peatonal bien organizado, donde el respeto a las normas regulatorias garantiza la integridad física de las personas, que son el centro de todo un sistema bien diseñado. Los resultados son claros y evidentes: Menos accidentes, y por lo tanto menos muertes y heridos.
En lo referente al manejo de los residuos, la ecuación anterior aplica en todas sus partes, traduciéndose el mal manejo de éstos en enfermedades, y por ende en muertes.
La pregunta, entonces, se cae de la mata: ¿Qué estamos haciendo los países menos desarrollados para mejorar la situación en estos dos aspectos?
Considero oportuno hacer la siguiente reflexión al respecto de la pregunta anterior. En todo hecho o fenómeno hay que tener en cuenta dos condiciones: Las causas y los efectos.
Generalmente sólo nos detenemos a observar los efectos de los fenómenos, sin pensar o analizar profundamente las causas. Por ejemplo: Un conductor cruza un semáforo en rojo y provoca un gran accidente, donde fallecen varias personas y otras tantas resultan heridas.
Podemos interpretar ante un hecho como el citado, que el conductor no estaba bien formado en educación vial; además, se le puede considerar como un ignorante, con poca conciencia ciudadana, lo mismo que un ser humano irrespetuoso de la vida y del derecho de los demás. El gran accidente, los heridos y fallecidos son los efectos provocados por todas las causas citadas anteriormente.
Otro ejemplo: A propósito de la temporada lluviosa que tenemos estos días en la República Dominicana, algunas personas descargan sus desperdicios (basura) en las aguas que pasan frente a sus viviendas, sin detenerse a pensar la contaminación que podrían provocar a otras familias que viven aguas abajo de ellas.
Los resultados son catastróficos cuando se trata de contaminación con basura, pues, las enfermedades diarreicas y respiratorias son abundantes, y algo peor todavía, la leptopirosis hace acto de presencia, lo mismo que el cólera.
Ahí tenemos un tremendo brote de cólera en Haití y ya se han reportado algunos casos sospechosos en RD, lo que ha provocado que se emita una alerta epidemiológica de parte de las autoridades de Salud Pública en el País.
Todas estas enfermedades que he citado son efectos provocados por la incapacidad y la ignorancia de personas, que inclusive se divierten echando basura a las calles cuando está lloviendo.
Las causas y los efectos tenemos que discutirlas, no sólo a nivel de la población llana y muchas veces desconocedora de estos temas, sino un poco más arriba. Me estoy refiriendo a la educación que recibe la población y el tipo de hombre y mujer que estamos formando.
La Educación Vial y la Educación Ambiental deben ser ejes transversales en todos los planes de estudios de la educación nacional.
El autor es graduado en Educación de la UASD
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