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OPINIÓN: De lo que pasó en la Serie Final del Béisbol Dominicano..

felix 2Por FELIX BETANCES

Algún día se conocerá la verdad de lo que pasó en el béisbol dominicano, especialmente en esta serie final 2017-2018; de lo que nadie ha hablado hasta ahora, lo cual no fue tan sencillo y se les fue de las manos a los dirigentes deportivos.

El problema no fue que Las Águilas ganaran como muchos han querido argumentar, porque eran dos equipos en juego, jugando con total entrega, de los cuales uno tenía que ganar naturalmente.

Lo que ocurrió no estuvo precisamente en el juego final, donde todo el que sabe de deportes, sea del bando que sea, pudo ver que no fue un partido jugado a la altura de dos equipos de alta competencia como lo son Licey y Águilas; fue algo que vino de atrás, pues hay que ser muy inocente en asuntos de deportes como para no darse cuenta de cómo se jugaron los tres últimos juegos a partir de los cuales se notó el disgusto. Cada equipo tiene sus metas, pero cada jugador en particular, también quiere hacer sus números, independientemente de cualquier otra cosa.

Por ejemplo, solo para citar algunos casos:    1) el golpeo sistemático de los jugadores más ofensivos del equipo de los Tigres, que al final, tuvo que ser reprimido por los(empires) o ampallas,    2)  la forma tan fácil como las Águilas ganaron el primero del doble juego realizado en Santiago, pero también la forma como tan acomodada en que el Licey ganó el segundo encuentro y     3) la forma en cómo se manejó el equipo del Licey, que si bien las Águilas jugaron su juego para ganarlo como naturalmente debía ser, no ocurrió lo mismo en el equipo azul, donde desde el inicio, pareció lo que ocurre en las Galleras, con las llamadas “Lidias de Gallos”, donde se le pone una llamada “Mona” al gallo contrario para que le sirva solo de calentamiento al otro; es decir que fue muy evidente el disgusto que había, por lo cual, el Licey, no mostró el más mínimo interés de mostrar en el play, la forma de juego que la fanaticada esperaba y que estaba acostumbrada a ver.

Lo que hubo y de lo que alguien hablará algún día, fue tan grande y evidente, que causó la negativa de los jugadores del Licey a formar parte de la delegación que representaría al país en la serie del Caribe, situación que desató la indignación de algunos jugadores y exjugadores del equipo de las Águilas quienes quizás tuvieran razones para quejarse de la negativa de los jugadores azules, aunque no compartimos el lenguaje en que expresaron su disgusto.

Alguien algún día dirá la verdad de lo que pasó y lo que hay que esperar es que lo ocurrido, no siga provocando situaciones de distensión entre la fanaticada de dos equipos que se han convertido en los nuevos “eternos rivales” del deporte dominicano y que en su momento, se pidan las excusas de lugar y todo vuelva a la normalidad, por el bien de todos.

Y por último, cuando se sepa la verdad, que si hay alguien que deba pagar las consecuencias, que las pague; sea quien sea.

¡Que viva el béisbol, la confraternidad y las buenas relaciones, entre equipos y fanáticos!…

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