Desde hace un tiempo y reclutado por José Pineda Mesa, quien ahora dirige el partido en España y luego de unos enamoramientos de Valentín Ciriaco, cuando daba clases en la UASD de Barahona, entramos al Partido de los Trabajadores Dominicanos (PTD), en la que nos sentíamos cómodos en la tarea de trabajar para ayudar en la transformación social con bienestar para todos y todas en la República Dominicana.
Como miembro de la organización, nos entregamos a trabajar y a colaborar en la reorganización del partido, claro sin interés de ningún tipo que no sea el crecimiento orgánico del partido.
Como parte de nuestra responsabilidad, se nos encomendó asumir los trabajos políticos en la provincia Bahoruco, mi zona de nacimiento y después de años sin presencia logramos establecer el PTD en esa zona a pesar de los pesares. Los últimos resultados electorales están ahí a la vista de todos y de todas.
Sin embargo, con profundo dolor comunico a los miembros de los dos altos órganos de dirección del partido nuestras expresas intenciones de pausar como miembro de esa importante organización, debido a la vileza y a la poca visión en la tarea de dirigir del compañero presidente del PTD en Barahona, lastimosamente miembro de la Comisión Política y de la Dirección Nacional, el señor Manuel de Jesús Florián Pérez.
Ojalá y el partido se interese en investigar el comportamiento de este señor vago, sin formación política de ningún tipo, pero curtido en la corrupción y el chantaje, quien se cree que un partido se hace grande fuerte y grande dándole 200 cada vez que viene a algunos compañeros.
La idea de ese señor es la de mantener un partido “chiquito”, débil y sin oposición para manejarlo a su antojo y en ese afán logró, primero que se vaya José Joaquín Báez, luego Johnny Olivero y ahora nos ha tocado el turno a mostros.
Después que José Altagracia González Espinosa dejó de ser senador, todos se fueron, pero quedamos Pililo, Jhonny, Joaquín, Carmen, la olvidada Valentina y otros compañeros, pero me atrevo a decir lo mismo de Florián quien está en el PTD hasta que estemos en el gobierno.
Volveremos a militar en el PTD, ya que más que una renuncia, se trata de entrar en una pausa dentro de la organización, debido a la forma de dirigir de ese compañero mañoso, tramposo, cobarde y ruin.
Así como los pueblos se dan a los gobernantes que quieren, los partidos tienen los dirigentes que quieren, porque ese es incapaz de sostener una simple conversación teórica por 10 minutos, pero es miembro de la Comisión Política, no sé para qué y por qué, pero es miembro de ese alto órgano de dirección.
Pero como decía José Martí, el libertador de Cuba: “Perder una batalla no es más que la obligación de ganar otra”, perdimos esta, pero seguimos ideando como ganar la próxima.
Muy atentamente
Benny Rodríguez