Los Golden State Warriors ya no son perfectos, tras perder finalmente un partido 108-95 el sábado por la noche en Milwaukee.
A los Warriors les importaba la racha, por la atención que generó y la que querían llevar más allá. Así estaban los jugadores de los Warriors cuando un joven y hambriento equipo de los Bucks les arrancó la victoria ante una eufórica multitud.
¿Estremecidos? ¿Tristes, siquiera?
No exactamente. Había cierta decepción, expresada en ciertas notas de catarsis, y aún algunas risas.
“Apuesto a que pensaban que íbamos a estar tristes, ¿ah?”, preguntó un sonriente Draymond Green retóricamente a los reporteros en el camerino, para luego proceder a cantar un poco de la canción de Ray Charles ‘Georgia On My Mind’. Tras finalizar su verso, a Green le preguntaron cuándo supo que la racha había terminado, y un sonriente Stephen Curry interpuso: “Cuando el entrenador nos sacó”. Esto causó otra risotada de Green. El momento a que curry se refiere es cuando los Warriors estaban abajo por 11 puntos con 1:02 en el juego y Michael Carter-Williams estaba en la línea de tiros libres.
Aun así, Curry y Green, después de todo lo que perseveraron, todavía asumían una victoria que desafiara la matemática y la lógica. Solo ahora, en derrota, sentían cuán loca era esa suposición.
Los Warriors querían ganar, pero todas victorias habían deformado algo acerca de este equipo. l espn.com
Tener una campaña regular es la misión
Ganar era su camino a la historia, pero perder al menos les devuelve un sentido de normalidad. “Les dije a los chicos después del juego: ahora podemos tener una campaña regular”, dijo Green. “Ha habido una sensación de playoff en todo esto, con la racha y los medios con toda la atención sobre nosotros. Pienso que en los últimos siete u ocho partidos comenzamos a dejar de jugar mejor”.