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DEPORTES> «Dios no se queda con lo de nadie»

sJosé Luis Mendoza

Levantar un reconocimiento en forma de trofeo, placa, diploma, medalla o cualquiera que fuese la modalidad es una acción sumamente agradable para quién con justicia ha sumado los méritos señalados por quien otorga el galardón.

Es un momento que suele aprovecharse para agradecer e invocar todo aquello que le permite al homenajeado ir construyendo un camino en dirección al éxito, con distintas paradas que le van marcando y definiendo como individuo, como ente que marca la diferencia por su capacidad, estilo, disciplina y otras virtudes siempre deseables.

Ver a Orlando Méndez, amigo, compañero y colega del equipo de «Deportes en la Z» recibir su distinción como «Cronista del Año en Radio» por la Asociación de Cronistas de Santo Domingo no sólo nos alegra, no sólo nos motiva, sino que nos hace rememorar el duro trajinar de este soldado de la vida, de este talentosísimo comunicador, extraordinario en su capacidad de entretener, animar pero sin obviar su faceta como analista, polemizando sobre la base de sus argumentos. Agresivo en sus razones, pero detallista en su descripción del juego. De gran olfato para encontrar detalles únicos, interesantes, coincidentes en la noticia.

Un comunicador popular, auténtico, enérgico, ocurrente, solidario, creativo y que complementa esto con unas estupendas relaciones humanas no es sorpresa que sea destacado, pero sí puede sorprender a más de uno el recorrido hasta llegar este martes 26 al podium a levantar su 2do premio de la ACD en su carrera. No ha sido ni corto ni fácil, pero si ejemplar y motivador para las nuevas generaciones que aspiran a cumplir sus anhelos en la comunicación deportiva.

Orlando Méndez lleva década y media en los medios del país haciendo disfrutar a sus oyentes de una energía que de manera espontánea hilvana un fuerte hilo emocional con los seguidores que va fidelizando. Desde las cabinas de las estaciones de Amplitud Modulada (AM), que eran las que tradicionalmente producían el mayor caudal de información deportiva hasta hace un par de años, jóvenes como Orlando, «Orlandito» para nosotros, llegaban con una mochila de sueños dispuestos a cubrir cualquier horario, a suplir cualquier ausencia, a superar cualquier obstáculo en pos de cumplir la meta de hacer de esta pasión por comunicar, entretener, informar, interactuar en deportes un oficio de vida digno.

Pasando por RPQ 1080 AM, Metro 1120 AM, Universal 650 AM, etc., en «El Bloque Pío Deportes», «Tecno-Deportes», «Nivel Deportivo», «Deportes en Azul», «Deportes Guelo Tueni», «La Pizarra Deportiva», «Músculo, Gatera y Banca», ¡y un largo etcétera!

En Frecuencia Modulada: En las estaciones CDN Radio 92.5, Kiss 94.9, KQ 94.1, ESPN Radio 104.5, Supra 101.7; en los espacios «Desayuno Deportivo», «Tiempo de Juego», «Fiesta Deportiva» y otros tantos.

A nivel de transmisiones: Circuito Internacional, CDN Grandes Ligas Televisión y CDN Grandes Liga Radio, así como por la Cadena de Medios de los Gigantes del Cibao con los cuales debutó en la temporada 2014-15 siendo una de las voces que identificaron al conjunto francomacorisano en la consecución de su 1er Campeonato Nacional.

Prensa Escrita: Matutino El Caribe, Z101Digital.com y su blog personal https://orlandomendez7.wordpress.com.

Todo lo anterior, mientras Orlando ha construido una hermosa familia que pronto tendrá a bordo a un nuevo miembro. Mientras ha sido un hijo ejemplar, un compañero de los que a uno le marca la vida. Lo escribe uno que ha sabido junto a él vivir «las verdes y las maduras» del largo proceso de convertir esta vocación en profesión que nos genere el sustento del que dependen nuestras familias.

Junto a Orlandito experimentamos los turnos que terminaban en la madrugada, horas en las cuales debíamos trasladarnos en el transporte público hacia Santo Domingo Norte, tomando hasta tres unidades (eufemismo por carrito, guagua o motoconcho) para llegar a nuestros hogares; y eso en el mejor de los casos, porque más de una vez debíamos hacer de la emisora de José Pío Santana nuestro dormitorio. Ahí, entre debates deportivos, discusiones musicales y reflexiones optimistas sobre el futuro se fue construyendo nuestra amistad, una que a mí me enorgullece y que atesoro especialmente.

Definitivamente, como dice Orlando Méndez, «¡Dios no se queda con lo de nadie!».

 

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