Los estados y naciones que han decidido desarrollar sus sistemas educativos como forma de convertirse en países desarrollados han utilizado de primera plana el proceso de desprendimiento estructural institucional o mejor conocido como descentralización.
Este proceso lo han llevado a cabo por medio de la definición de líneas claras y fuertes para proteger la eficacia de todas las instancias educativas responsables de la ejecución de las acciones de lugar.
Esta puesta en marcha ha partido del reconocimiento pleno de que la educación es muy compleja y que tiene demasiadas acciones que deciden la calidad del producto en las aulas, aún más lejos han entendido que la SEDE de un ministerio se puede convertir en programador, observador y fiscalizador de las instancias o unidades de acción del sistema más pequeñas.
Desde el punto de vista crítico es muy lógico, una SEDE CENTRAL de un ministerio como lo es el de educación, por su complejidad no puede centralizar todos los procesos, ya que esto va a producir un estancamiento permanente de las aspiraciones que como nación se anhela.
Es aquí donde radica una de las mayores dificultades que no se toca en la mayoría de las reformas, consultas, pactos en materia educativa en nuestro país, es increíble que una SEDE tenga que decidir hasta lo más mínimo que sucede en la unidad más pequeña del sistema el cual es la escuela. Esta centralización gigantesca crea muchas veces que soluciones y mejoras continuas en la calidad lleguen con una lentitud enorme, provoca que los avances se queden muchas veces en el camino.
No es posible que nuestro sistema educativo siga permaneciendo con el control casi absoluto en materia educativa desde una SEDE CENTRAL, por ejemplos porque la SEDE del ministerio no diseña solamente y las demás unidades fiscalizan y monitorean la ejecución, se hace cuesta arriba que los libros, registros, mobiliarios, infraestructura, alimentación, recursos humanos, recursos tecnológicos, recursos financieros, seguridad escolar, y otros más tengan que depender de que su implementación no lo decidan en los distritos
educativos o regionales, sino que todo debe ir a la SEDE. Esto debe cambiar, se debe implementar la Descentralización de un modo más amplio.
Los Distritos Educativos y Regionales tienen que ser Unidades con mayor poder de decisión y con la facilidad de hacer la educación más contextualizada, con apertura de decidir soluciones inmediatas sin tener que depender de una sede central, esto para traer beneficios y rápidas soluciones.
Lo que hemos escrito lo podemos explicar con algunos ejemplos claves, porque un laboratorio de informática permanece cerrado por un año o más en una escuela, sencillamente porque su instalación y funcionamiento depende de un departamento de la SEDE que es para el país entero, mientras los técnicos distritales locales de esa área nada pueden hacer, otro ejemplo lo es la enorme tardanza para dar un mantenimiento a un plantel educativo, los técnicos locales de esa área nada pueden hacer. De esta forma podríamos enumerar una serie incontables de acciones que producen un tapón al desarrollo.
Aprovechamos este momento ya que nuestro nuevo ministro de educación Arq. Andrés Navarro está un proceso de escuchar y eso está muy bien, sin embargo el Distinguido Ministro de Educación ha anunciado la creación de unos Gabinetes Operativos, que si los deja en la SEDE es casi igual como los departamentos que existen en el Ministerio, donde casi todo debe decidirse arriba como decimos comúnmente.