POR FELIX BETANCES.
El doctor Marino Vinicio Castillo ha dicho, que la palabra del Presidente Candidato del PLD está devaluada, para decirlo en otras palabras, carecen de valor.
Al decirlo, no ha dicho nada que se salga de lo real, ya que el Lic. Danilo Medina, antes había dicho que aspirar a reelegirse en contra de lo que disponía la Constitución, sería como echar sus escrúpulos a un zafacón o el equivalente a comerse un Tiburón podrido y se lo comió, después de haber encontrado cerca un gran Zafacón.
Pero a Vincho, tampoco hay que darle mucho crédito ya que ellos son Hicoteas del mismo charco, lo único es que el charco ahora está lleno de aguas sucias aunque muchos no lo vean así.
Si las elecciones fueran hoy y fueran los Vinchos los encargados de votar, de seguro que Danilo Medina perdería los comicios con un muy bajo índice de votación. Esas expresiones son además, una muestra inequívoca de que dentro del PLD hay problemas serios y profundos; aun con las manos levantadas.
Lo lamentable en la situación crítica en que se encuentra el país, es que no existe la posibilidad de que se orqueste una oposición con opción de poder, que sea creíble y en quien el pueblo pueda confiar, para que le hubiese dado la merecida respuesta a un hombre que a tres años de gobierno, no ha dado las esperadas respuestas al País, incumpliendo hasta sus propias promesas.
La delincuencia anda por sus fueros, la salud en estado muy crítico para los más pobres y la esperanza que le dan al pueblo, es de que no hay recursos para aumentar un cinco por ciento a tan importante sector; no ha sido capaz de aplicar un aumento general de salarios a los servidores y a pensionados del sector público a pesar de que hace cerca de quince años que no se hace, sin tomar en cuenta cuantas veces ha subido la canasta familiar y para colmo, cometiendo la constante violación a la Ley de hidrocarburos, con cuyo manejo, se tima, pública e inmisericordemente a los dominicanos y dominicanas.
Un gobierno con funcionarios eternos en los cargos, y como para burlarse del pueblo en forma descarada, ni siquiera le han hecho el favor de presentar sus Declaraciones Juradas de Bienes, tal y como lo establece la Ley.
Es cierto que no se vislumbra posibilidad alguna de cambiar esto, al menos por ahora, y no es menos cierto que sería una gran pena para el País, tener que repetir cuatro años más de lo que puede definirse como un gran castigo a este necesitado y sufrido pueblo.
Y dentro de esa macabra manipulación, también se impondrán en los pueblos, candidatos congresuales y municipales impopulares, que por sí solos, no sacan una Gata a mear, como dice el dicho popular.
Ojalá y que al usar el nombre de Dios en un pueblo de creyentes como éste, para expresar cosas incumplibles, no nos caiga como Nación, un fuerte castigo Divino. ¡Que Dios nos agarre confesados!.
